La primera parada del barco, el ma- jestuoso Liberty of the Seas de la Royal Caribean (4.000 pasajeros y más 1.000 tripulantes) era el puerto francés de Toulon, en la costa azul. Totalmente desconocido para mí, traté de leer un poco sobre esta ciudad en los días pre- vios a mis vacaciones, pero no hubo na- da que despertara mi interés, por lo que decidimos alquilar un coche y despla- zarnos hasta Saint Tropez, que al me- nos tenía bastante más fama. Aún re- cuerdo a Louis de Funes interpretando el papel de Gendarme.

Había dos rutas posibles, una por los bellos pueblitos de la costa y otra por el interior. Decidimos ir por la primera y volver por la segunda.

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